El inicio
Sea una leyenda o no que la emperatriz china Hsi Ling Shi descubrió el hilo de seda al sacar un capullo de su tasa de té caído por accidente hace más de 5000 años, bien es verdad que la humanidad siempre le ha gustado esta fibra brillante, lujosa, elegante y confortable haciéndola reina indiscutible del textil desde hace siglos.
Justamente este es el motivo que el secreto del origen de la seda se guardó durante más de 2000 años bajo pena de muerte. Se crearon rutas terrestres entre Oriente y Occidente (La Ruta de la Seda) y más tarde mediante rutas marítimas. Intercambio comercial donde la seda era el producto más preciado.
En Occidente descubrieron el secreto a finales de la edad media a través de Constantinopla cuando, según otro leyenda, el emperador Justiniano envió a dos monjes para descubrir el secreto. Aunque seguramente el secreto de la seda se extendió al resto del mundo desde la India donde ya se cultivaba sobre el año 300 dC.
La elaboración
Pero como se elabora la seda? Unos gusanos de seda denominados Bombyx muera son alimentados con hojas de morera hasta aumentar en 10.000 veces su medida original. Después empieza la formación del capullo o crisàlide y una vez acabada, justo antes de que nazca la mariposa, el hombre interfiere el ciclo y remoja el capullo en agua hirviendo a 80 ° C para sacar los filamentos de entre 500 y 1500 metros de longitud aunque puedan llegar a mucho más. La seda cruda se procesa para eliminar la sericina, la goma natural que protege las fibras y hacen que se enganchen durante la formación del capullo. Después el hilo se lava, se trata y se teje.
Esta seda procesada puede ser tejida en una gran variedad y tipo de teles. La forma que se tejen los filamentos y el grado de torsión determinan algunas de las características de las teles finales. Los hilos más retorcidos producen superficies duras y resistentes y teles menos propensas a la suciedad y al arrugado. También son teles que se encogen con más facilidad. Según el método de tejer se pueden dividir en tres grandes grupos: El tafetán o tejido liso, la sarga o tejido cruzado y el raso o satén.
Cada tipo de seda tiene un peso y grosor diferentes indicados con un número (moma). Un moma equivale aproximadamente a 4,3 gramos por metro cuadrado (gramaje). Cuando más alto sea lo moma, más gramaje tiene el tejido, más densidad y peso y en definitiva más calidad.
El origren
Gran parte de la fibra de seda que se utiliza hoy en día está producida en China por gusanos de seda que crecen en un entorno controlado.
El segundo productor más importante es India donde existe el Tasar (Tusor) generado por el gusano de seda Antheraea mylitta. Las crías se alimentan libremente en la naturaleza, de hojas d´Asan y Arjun al aire libre.
Seda de color cobrizo, más gruesa y menos brillante utilizada principalmente para decoración de interiores. Y lo Tasar generado por el gusano Antheraea proyeli J que es una variedad más fina que se alimenta del roble.
China es el mayor productor de madera de roble Tusor del mundo donde se encuentra otro gusano de seda conocido como Antheraea pernyi. Otros insectos y arañas también producen seda hasta todo más resistente pero productivamente el gusano de seda está lo más eficaz.
Propiedades
a brillantez natural de la seda, la afinidad para los tintes y colores vibrantes y su capacidad de absorción la fan un apoyo ideal para disfrutar y experimentar del arte.
Su peso ligero, resistencia y excelente caída han hecho de este tejido el más valorado de todos por la indumentaria.
La seda tiene calor sin peso, es caliente al tacto proporcionando abrigo pero también es muy transpirable así que se puede llevar tanto en verano como el invierno. Es muy elástica, se puede estirar entre un 10% y un 20% sin romperse y muy resistente a las arrugas.
Cura
La seda es una fibra de proteína similar a la lana o en el cabello humano y es natural que tengan algunas irregularidades. Esto también será importante recordar en la hora de lavarla utilizando un detergente suave o incluso champú con agua tibia. Después se puede extender en una toalla para que absorba el agua. Planchar a temperatura baja.
En general la seda puede soportar bien el calor pero no le hace bien los cambios extremos de temperatura ni un secado excesivo. La polilla puede atacar la seda como la lana por eso es recomendable guardarla adecuadamente, lejos de la luz solar directa y taparla con un tejido que pueda respirar y no en plástico puesto que puede atrapar la humedad y conducir al amarillamento o a la acumulación de moho. Aun así la seda es muy resistente a las polillas, a los ácaros y al moho.
Para un resultado mejor lavar la seda en agua tibia, con un jabón suave y enjuagar bien antes de pintarla. Así se eliminan posibles residuos que pueden afectar la aplicación del tinte.